En 1879, Louis Pasteur defendió la teoría de las manos como vehículo de gérmenes.
A pesar de esto, años más tarde, los hallazgos de Louis Pasteur demostraron que el aseo personal reducía la propagación de enfermedades. Esto permitió que se profesionalizara y se expandiera la fabricación y el uso de jabón, promoviendo la limpieza personal, con el paso del tiempo, se generó evidencia científica significativa que señalaba una relación entre el aumento del cumplimiento de la higiene de manos en los profesionales de la salud y la disminución de Infecciones Asociadas a la Atención de la Salud (IAAS).