Crear un entorno y unas percepciones que propicien la sensibilización sobre las cuestiones de seguridad del paciente y garantizar al mismo tiempo que la mejora de la higiene de las manos se considere una gran prioridad a todos los niveles. Esto supone:
La participación activa a escala institucional e individual.
La toma de conciencia de la capacidad individual e institucional de cambiar y mejorar (autoeficacia).
La asociación con pacientes y organizaciones de pacientes.