La acción de higiene de manos vista por el observador.
El observador siempre debe establecer un vínculo entre una acción de higiene de manos observada y una oportunidad. La acción puede ser negativa (no realizada) o positiva (realizada).
El observador sólo debe registrar las acciones que vea claramente y que correspondan a indicaciones.
El momento en que el observador identifica una indicación se computa como una oportunidad ante la que debería producirse la correspondiente acción positiva o negativa.
Una acción positiva indica cumplimiento; una acción negativa indica incumplimiento.
El foco principal de la observación no debe ser la acción sino más bien la identificación de la indicación a la que el profesional sanitario responde de manera positiva o negativa, antes o después del contacto que determina la indicación.
Si el observador identifica una o más indicaciones, éstas se computan como una sola oportunidad y se registra una acción positiva o negativa.
Si el observador no identifica una indicación, no se computa como oportunidad y no se registra acción alguna.