La cabecera: permite que las observaciones se localicen con precisión en el tiempo y el espacio (emplazamiento, fecha, duración de la sesión y observador) y que los datos se clasifiquen y se registren (periodo, sesión). Está información debe anotarse antes de registrar los datos de observación para asegurarse de que éstos sean aptos para usarse en el análisis.
Cuando introduce sus iniciales en el formulario de observación, el observador indica que lo ha comprobado antes de devolverlo.
Esto también permite verificar los datos e identificar cualquier indicio de sesgo por parte del observador.
Se asigna un número a cada sesión para indicar que los datos están listos para ser analizados.
Dicho número se introduce en una base de datos y en el formulario de cálculo de cumplimiento básico cuando se procesan los datos. Sólo es necesario anotar el número de la página si se utiliza más de un formulario durante una sola sesión.