El Reto plantea a la higiene de manos como una acción muy sencilla, y primordial para reducir las infecciones nosocomiales y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
El apego a las prácticas correctas por los profesionales de la salud es sumamente escasa, lo que guarda relación con limitaciones del sistema y comportamientos individuales, grupales y poblacionales.
Por lo general, las enfermeras y los médicos se lavan las manos menos de la mitad de las veces que deberían hacerlo.